Vista 3D por satélite de la orilla norte del estrecho
Descripción general
Yacimiento clave de la orilla norte del Estrecho de Gibraltar, la Silla del Papa estuvo ocupada durante todo el primer milenio antes de nuestra era. En relación constante con las poblaciones de la costa opuesta, esta gran aglomeración, que recibió sucesivamente la influencia de fenicios, cartagineses y romanos, desarrolló una forma de urbanismo particularmente original. Sus habitantes la abandonarán al inicio del reinado de Augusto para construir una nueva ciudad, más acorde con los cánones del urbanismo romano, al borde de la costa atlántica, cerca de la actual Bolonia. El yacimiento de la Silla del Papa llevó probablemente el nombre que conservaría el municipio del Alto Imperio: Baelo, y se puede suponer que fue allí dónde se acuñaron, a comienzos del siglo I a.C., las monedas con leyenda bilingüe, latina y neopúnica, que fueron las primeras emisiones de esta ciudad.
El yacimiento arqueológico de la Silla del Papa se encuentra a 4 km de la costa, en el punto más elevado de una pequeña cordillera costera, la Sierra de la Plata (457 m), que cierra al oeste la bahía de Bolonia. El lugar presenta tres ventajas que no podían sino atraer a las poblaciones que frecuentaban el estrecho: formidables defensas naturales formadas por afloramientos rocosos casi verticales, abundancia de agua en una fuente situada a los pies de estos afloramientos rocosos, y por último, una posición dominante que ofrece extensas vistas en todas direcciones: Tanger al sur, Dejebel Moussa al sudeste y cabo de Trafalgar al oeste.
Vista del estrecho desde la Silla del Papa
La organización espacial del yacimiento está condicionada por la existencia de dos barreras rocosas paralelas orientadas norte-sur que delimitan un estrecho pasillo de 420 m de largo. La extensión del espacio habitable entre las dos líneas de cresta rocosa varía entre 20 y 75 m, pero la zona ocupada se extiende más allá, sobre una docena de hectáreas, con una densidad menor en los sectores extramuros.
Una de las paredes rocosas del yacimiento
La cara interior de estas barreras rocosas, que presenta alzados de entre 5 y 20 m de altura, ha sido sistemáticamente utilizada para apoyar casas de varias alturas, hecho que queda atestiguado por las numerosas entalladuras, mechinales, plataformas artificiales y escaleras que pueden observarse en ellas. Las prospecciones y los sondeos ya realizados han permitido identificar varios edificios: casas encastradas en la roca en el centro de la aglomeración, muros de aterrazamiento y torres cuadrangulares que jalonan una muralla que en algunos sectores presenta indicios claros de la existencia de cajones o casamatas.
Casa tallada en la roca
La mayoría de las construcciones visibles en superficie pertenecen a la última fase de construcción, que modificó profundamente el patrón urbanístico de la ciudad, ya bajo dominio romano, entre los años 175-150 y 50-25 a.C. Antes de esta última fase, la Silla del Papa había conocido una prolongada ocupación durante toda la Edad de Hierro, a partir de una primera ocupación fechada en el siglo IX a.C. El material arqueológico recuperado indica relaciones con el mundo colonial fenicio desde la primera fase y con el mundo púnico a partir del siglo IV a.C.